A la hora de adquirir un producto, debemos tener claros cuáles son los derechos del consumidor y cómo podemos reclamarlos si estos se incumplen, especialmente en el caso de grandes ofertas o compras por Internet.

Los derechos y obligaciones de los consumidores se encuentran regulados en el Real Decreto Legislativo 1/2007, de 16 de noviembre, Texto refundido de la ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios. En este artículo veremos cuáles son estos derechos del consumidor, cómo asegurarnos de que se cumplen y qué debemos hacer en caso de que no sea así.

 

Derecho a una información correcta

Los consumidores tienen derecho a recibir una información correcta, objetiva, cierta, eficaz, comprensible y suficiente de todos los productos, bienes y servicios puestos a su disposición. La persona que se plantea comprar un producto o adquirir un servicio, debe ser consciente de los pros y contras que tiene esa compra. Por eso, es imprescindible que la información aportada sobre ese producto sea correcta y veraz.

En relación a las campañas de publicidad que se realizan sobre estos productos, existe la Ley General de Publicidad, que regula las malas prácticas en cuanto a la información que se comparte en dichas campañas.

 

Derecho a la protección de los intereses económicos y sociales

La seguridad en los productos es fundamental y la normativa es muy exigente para la protección de los derechos del consumidor ya que no puede comercializarse ningún producto que no haya pasado los correspondientes controles para su uso normal previsto teniendo en cuenta sus características, etiquetado, interacciones, destino a usuarios, etc., para la vigilancia y control de esta seguridad existe un sistema de alerta a nivel comunitario llamado RAPEX que vela por ella.

 

Derecho a la  garantía del producto

La normativa también es clara y exigente y todo consumidor tiene garantizado por ley y por los poderes públicos sus derechos. El vendedor está obligado a garantizar todos sus productos sean del tipo que sean, incluso los contratos de suministro o de productos futuros que hayan de fabricarse. Por tanto, el consumidor tiene el derecho de exigir esta garantía al vendedor quien se la habrá pedido previamente al fabricante. Normalmente, esta garantía alcanza tanto al producto defectuoso como al que no responda a nuestras necesidades o expectativas, siendo lo habitual el cambio por otro producto o la devolución del importe pagado.

¿Qué hacer en caso de disconformidad con la compra realizada?

Lógicamente lo primero que debemos hacer es intentar una solución «amistosa» entre las partes, sabiendo que disponemos de varios canales de reclamación que se ocupan precisamente de eso, la protección de los derechos de los consumidores y que se pueden utilizar en caso de no llegar a ese acuerdo. Siempre es fundamental  dejar constancia por escrito y lo antes posible de la reclamación que vamos a presentar acudiendo a alguno de los organismos oficiales de los que disponemos dependiendo del lugar donde se haya realizado la compra.

Lo habitual es que exista en el Ayuntamiento correspondiente una Oficina Municipal de Información al Consumidor, Juntas Arbitrales de Consumo o departamentos similares. También en el caso de nuestro país existen en todas las Comunidades Autónomas, departamentos de atención al consumidor dependientes de las Direcciones Generales de Consumo. Además, existen diferentes asociaciones privadas de defensa del consumidor quienes pueden canalizar nuestras reclamaciones a los organismos competentes. No obstante y como último eslabón para la defensa de nuestros intereses quedarían los Juzgados correspondientes.

En el caso de tratarse de una empresa radicada en la Unión Europea se puede reclamar frente al Centro Europeo de Información al Consumidor.

Y para casos de mayor complejidad, siempre es aconsejable contar con el asesoramiento de profesionales altamente cualificados y familiarizados con los trámites ante las diferentes estancias competentes, lo que sin duda agilizará la resolución del conflicto y además con una mayor garantía de éxito, como los que integran nuestro bufete contando con un altísimo porcentaje de resultados favorables en los asuntos de la defensa del consumidor.